3.6.11

Federer tenía que ser......Roland Garros en acciòn

Novak Djokovic felicita a Roger Federer, tras el partido.
Copa Davis, Australia, Dubai, Indian Wells, Miami, Belgrado, Madrid y Roma. 43 triunfos consecutivos, 41 en 2011, a uno del récord de McEnroe en 1984, el mejor arranque de curso de la Historia. Hasta aquí llegó el increíble viaje de Novak Djokovic, rendido a las puertas del número uno, por 7-6(5), 6-3, 3-6 y 7-6(5) ante Roger Federer, su último verdugo hace ya más de seis meses, un lejano 27 de noviembre de 2010, en las semifinales del Masters.


Ya no lo tiene en su mano. Djokovic deberá esperar ahora a que Federer le devuelva el domingo, si el tiempo lo permite, lo que le quitó el viernes. Un triunfo del suizo ante Nadal en la final permitirá al serbio cumplir su objetivo vital de ocupar la primera posición en el ‘ranking’ mundial. Si es Nadal quien alza su sexta Copa de los Mosqueteros, se quedará a 45 puntos. Para superar la racha de McEnroe, frenado también en Roland Garros, en la final ante Lendl, deberá empezar de cero.

"No sienta bien perder, pero sí, es un alivio", admitió Djokovic. "Han sido los cinco meses mejores de mi vida. No me puedo quejar, aunque es verdad que la derrota ha llegado en el peor momento. Pero bueno, algún día tenía que acabar", añadió resignado antes de anunciar que será baja en Queen’s, que no competirá más hasta Wimbledon.

"Quizás sea un buen regalo de cumpleaños para Rafa", dijo aún sobre la pista el helvético, quien mejor parece haberse acostumbrado a las nuevas y conflictivas bolas contratadas por el torneo. "Son rápidas al principio, un poco difíciles. Pero al final, no son tan rápidas", explicó en los primeros días del torneo. Federer era el único tenista que no había cedido un set antes de las semifinales.

Bajo los últimos rayos de sol
Ante Djokovic, ante quien sumaba tres derrotas consecutivas en 2011, cedió la tercera, la única en la que no dispuso de un punto de ‘break’. El suizo concretó cuatro de 25 en todo el encuentro. Djokovic logró las mismas rupturas en 13 intentos, pero el tenista invicto, hinchada su confianza, no encontró la fe en esta ocasión en los instantes decisivos de cada set.

Así, dos de los tres parciales perdidos llegaron en el desempate, ambos por 7-5. Más doloroso fue perder el cuarto, cuando sacó con 5-4 sacó para equilibrar el marcador y aplazar la resolución hasta el día siguiente. Un partido nuevo. Dispuso de puntos de ‘break’ poco después para situarse con 6-5 y saque, pero de nuevo se encontró con un Federer iluminado, también con el revés en esta ocasión. Y el servicio, por supuesto, cuando la luz agonizaba, cuando caía la noche sobre París, la final de Wimbledon 2008 en el recuerdo, para acelerar el desenlace.

Tres puntos directos le permitirán descansar el sábado antes de afrontar su quinta final en Roland Garros, la cuarta ante Nadal. Tras la última, hace tres años, apenas convirtió cuatro juegos.

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