Es una condición que se presenta tanto en el hombre como la mujer, siendo estas últimas las más afectadas.
El nefrólogo Nelson Campusano, jeje del departamento de Nefrología del hospital Luis Eduardo Aybar, explica que la mayoría de los problemas de control de la vejiga ocurren cuando los músculos de ésta están muy débiles. “Si los músculos que mantienen la vejiga cerrada se debilitan, es posible que la persona tenga accidentes o escape de orina al estornudar, reír o levantar objetos pesados”, comenta.
Dice que los partos traumáticos, los llamados descensos, que generalmente producen una elongación de los músculos vaginales, y raras veces las malas prácticas médicas, pueden desencadenar la incontinencia urinaria.
En cuanto al tratamiento, Campusano dice que dependerá del tipo de incontinencia y de cómo se adapte el paciente a su estilo de vida.
Puede incluir ejercicios simples (como los de Kegel, que consisten en contraer los músculos de la vagina), algunos medicamento, terapias, dispositivos especiales o procedimientos quirúrgicos.
Síntomas que presenta
• Incapacidad para orinar.
• Dolor relacionado con el llenado de la vejiga o dolor relacionado con la micción sin comprobarse infección de la vejiga.
• Debilidad progresiva del chorro urinario con o sin sensación de completo vaciado de la vejiga.
• Aumento de la frecuencia al orinar sin que haya infección de la vejiga.
• Derrame de orina si no alcanza el baño a tiempo.
• Cambio o anormalidad al orinar relacionados con el sistema nervioso.
• Anormalidades tales como derrame cerebral, lesión de la médula espinal, esclerosis múltiple.
• Impedimento para que la persona realice sus actividades normales.
• Derrame de orina que comenzó o continuó después de una cirugía vaginal
• Derrame de orina que ocasiona incomodidad social.
• Infecciones frecuentes de la vejiga.
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