Cierto que hay una máxima jurídica de que todo hombre o
mujer es inocente, hasta que se pruebe su grado de culpabilidad en juicio oral,
público y contradictorio.
En la sociedad dominicana de hoy, nadie puede garantizar
que un preso pueda tener el derecho a
expresarse libremente, además, de que no está en condiciones de ejercer
un derecho de elegir y ser elegido.
Nadie puede conculcar los derechos y la seguridad
física de un hombre que esté detenido,
pero de ahí a darle una libertad de poder escoger a su representante en el
Palacio Nacional o el Congreso, es otra cosa.
Las cárceles dominicanas no están preparadas para que se
lleve allí una urna de votacion. No,
sólo proponerlo es un contrasentido.
Pensemos un momento en que los presos de La Vicotria y la
cárcel de Azua, de las más violentas del sistema, podrían decidir el próximo Presidente
del país, si hay unas eleccions cerradas, o que con unos tres mil votos,
podrían facilitar que se ganara en
primera vuelta.
Además, si los reos tienen derecho a votar, se les debe dar la oportunidad de hacer
actividades partidistas en las cárceles, y recibir la visita de políticos.
Señores, dejemósnos de modernidades que solo están en la
cabeza de los que manejan el nuevo sistema penitenciario, o de los miembros de
la Junta Central Electoral. Los presos no pueden votar aquí.
Las cárceles dominicanas son cementerios de hombres vivos.
Allí se vive en hacinamiento total, y muchas veces el carcelero, el probó, el
matón de turno, es el que manda e impone el juego.
Un hombre privado de su libertad física, también tiene
limada su libertad mental. Un preso no tiene autodeterminación, para poder
pensar libremente y escoger a un candidato.
Además, en una campaña electoral, se hacen promesas a los
electores, y al que está tras los barrotes, lo único que se puede es cambiarle el
voto por libertad.
Creo que la Junta Central Electoral debe fortalecer su
institucionalidad, el sistema de votación nacional, pero por el momento, a los
presos se les debe dejar que sigan cumpliendo su condena, o en us tareas
judiciales para salir en libertad.
Además, si seguimos la máximo de que todo hombre es
inocente y no culpable hasta que haya una sentencia definitiva, no se podrá
discriminar a ningùn reo, sin importar
la acusación que tenga.
Si ante la ley todos los hombres o mujeres son iguales,
entonces todos los reos tendrán el
derecho de sufragar. Además el que elige puede ser elegido, y se podría dar un
pleito constitucional, para que un reo aspire a regidor, diputado, síndico, y
hasta Presidente de la República.
No estemos buscando futuros problemas, que el sistema
electoral dominicano lo que necesita es transparencia, y no los escondrijos de
las prisiones.
Manuel Hernández Villeta es
periodista dominicano