22.10.11

A Pleno Sol ,,,,,,, ¿Dónde está la fe? ....Por Manuel Hernández Villeta


La sociedad dominicana de hoy luce acorralada. El crimen y la violencia, la pérdida de fe en sus instituciones, le atan las manos. La peor de las limitaciones, es cuando un ciudadano se somete a un estricto control de sus actividdes diarias por temor a los robos y a los atracos.

La percepción, y por desgracia, la realidad, es que nadie está seguro en las calles, y que cuando menos lo espere pueda ser atracado.
No llevar dinero encima, no constituye una seguridad de que no se va atentar contra la seguridad fisica de ese ciudadano.
No hay una sóla persona que no haya tenido que cambiar el desarrollo de sus actividades diarias, por temor a que lo atraquen, o que su vida sea expuesta al peligro total.
Y lo que es más lamentable, una parte sensible de dominicanos está perdiendo la fe en las instituciones, que combaten el crimen. Desde la Policía, hasta la justicia.
Esa fe, y esa seguridad de que hay instituciones que velan por la seguridad de todos los ciudadanos, tiene que ser rescatada.
Si no se puede impregnar ese concepto, entonces nos retrotraeremos a la época de la barbarie, donde cada cual aplica el ojo por ojo y diente por diente.
En una sociedad moderna, es a la justicia a la que que le toca imponer las penas a los ciudadanos que han violado las leyes.
Si esa jusitica está coja, entonces surgen los linchamientos y actos de venganza personales. Ya hay varios casos de este tipo que se dan en la sociedad dominicana.
Todavía son hechos aislados, pero hay que ponerle mucha atención.
Mientras se escoge a los nuevos jueces de los altos tribunales, también hay que pensar en los que están en salas intermedias.
Es allí donde acude el ciudadano de a pie, y todo el que de una forma u otra busca que la sociedad le ajuste cuentas a los violadores.
Hay que mantener una estricta vigilancia sobre el comportamiento de los jueces, que de acuerdo con la voz popular no actúan en forma imparcial.
Investigar cada caso en forma individual, pero tampoco aplicar sanciones por acusaciones que no se puedan probar, o carezcan de fundamentos.
Como se cambian jueces en la Suprema por cuestión de edad, asímismo en los tribnales se tienen que sacar a jueces que no cumplen con su deber.
Un juez con una mancha en su expediente, no puede estar dedicada a la magistratura. Lo mismo pasa con un fiscal o cualquier representante de ese poder del Estado.
Estamos a tiempo de evitar caer en los linchamientos, por ello es necesario rescatar la imagen de la justicia y la Policía.
¡Manos a la obra!.

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