6.11.11

Adiós a Dorothy Rodham, la discreta madre y gran impulsora de Hillary Clinton


Familia Clinton

La responsable del Departamento de Estado tenía que haber viajado esta semana a Londres y Estambul. Pero como se suele decir ante lo dolorosamente imprevisto, la mejor forma de hacer sonreír a Dios es contarle tus planes. La discreta madre e impulsora de Hillary Clinton falleció este martes en un hospital de Washington a los 92 años.

Dorothy Rodham sufría de problemas de corazón y la víspera perdió el conocimiento en la casa que compartía con su hija en la capital federal.
A lo largo de las décadas con los Clinton en primera fila de la vida pública de Estados Unidos, la señora Rodham se había convertido en una presencia familiar pero silenciosa. Siempre junto a Hillary, a la que siguió tanto a Arkansas como a Washington. Y aunque pensase que su hija era la que se merecía ocupar la Casa Blanca por méritos propios, nunca se le ocurrió acaparar ni una fracción del protagonismo que tuvo la muy poco convencional madre de su yerno, Bill Clinton.
En contraste con la carrera y militancia feminista de Hillary, la señora Rodham fue una mujer tradicional. Su gran responsabilidad fue criar tres hijos —Hillary y sus otros dos hermanos, mucho menos aprovechados— en una barriada de Chicago junto a su marido Hugh, un estricto conservador que regentaba un pequeño negocio de cortinas.
Dentro de la peculiar narrativa electoral de EE.UU., que exige a los principales candidatos el contar sus biografías como si fueran vidas ejemplares, Hillary ha destacado siempre la influencia definitiva de su madre, sobre todo en términos de ambición y el deseo de aprender. Inspiración que también incluía disciplina, dureza y otras herramientas requeridas para competir en política.
Durante su frustrado pulso con Barack Obama en 2008, Hillary Clinton no dudó en señalar a su madre como la principal y definitiva influencia en su vida: «Mi madre, que nunca tuvo la oportunidad de ir a la universidad y que tuvo una infancia muy difícil, me inculcó la creencia de que podría hacer todo lo que me empeñase en hacer».

Sólo una persona

En este sentido, la infancia de la señora Rodham parece escrita por Dickens. A los ocho años fue abandonada por sus padres y enviada junto a su hermana hasta California con unos abuelos poco preparados para recibir a sus nietas. A los 14 años, durante la Gran Depresión, se buscó la vida como cuidadora de niños. Con el mérito de completar por su cuenta el bachillerato pero sin con la frustración de no haber podido estudiar más, teniéndose que conformar con un trabajo como secretaria.
Durante la convención del Partido Demócrata en 1996, la señora Rodham apareció de forma excepcional en un elaborado video antes de que Bill Clinton aceptase la nominación para un segundo mandato. Según dijo entonces, «todo el mundo sabe que hay una sola persona en el mundo que puede realmente decir la verdad sobre un hombre y esa persona es su suegra».

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