28.11.11

El embajador denuncia


Una denuncia sobre la  comisión de un soborno, o de un hecho de corrupción, debe tener  en la portada  las pruebas convincentes.

Denunciar al vuelo, señalar irregularidades, y guardar los datos, es una irresponsabilidad.

De la  justicia ignorar el caso porque no siguió los estamentos tradicionales y convencionales, es una falta de autoridad.

El embajador de la Gran Bretaña acreditado en el país, Steven Fisher, denunció lo que estima falta de seguridad jurídica que prevalece en la República Dominicana.

Esa denuncia tiene mucha importancia, sobre todo desde el punto de vista económico y político. Téngase  en cuenta que la Gran Bretaña es considerada la quinta nación que más ha invertido en los últimos años en el país.

Contrario al discurso del embajador norteamericano, no creo que Fisher  tenga una postura injerencista en los asuntos internos dominicanos.

Está denuciando una situación que  a su juicio perjudica a los inversionistas de su país. Pero comete el pecado de no entregar pruebas.

Poca importante es, si el tenía que hacer la denuncia vía la Cancillería o si prefirió, en forma incorrepta,  darla a conocer directamente a la opinión pública. Eso es intrascendente.

Lo que tiene importancia son las pruebas que acompañen a su  denuncia de que por lo menos una compañía inglesa prefirió abandonar el país, por  supuestamente ser sometida a sobornos.

El embajador comete el mismo pecado de lo que llama corruptos, porque sabe sus nombres, sus identidades, y lo calla.

Todo el mundo conoce la discresión de los ingleses, y el bajo perfil que toman en sus relaciones con otros países, por lo que sorprenden que el embajador Fisher se destapara con esta denuncia en la prensa.

Instamos a que el diplomático  ahora de a conocer todo lo que sabe a través de los medios informativos, que fue donde hizo su denuncia.

Para la justicia, hay algo más que un rumor público, hay una denuncia específica de un funcionario diplomático de alto nivel, y el caso se debe investigar.

La Procuraduría General de la República debe ir donde el embajador y pedirle los datos sobre su denuncia, y proceder a realizar las investigaciones de rigor.

La República Dominicana tiene un mercado sólido con los ingleses, y el mismo no puede correr peligro porque el embajador haya denunciado que hay falta de seguridad  jurídica en el país, para los inversionistas ingleses.

Si hay irregularidades que se corrijan, y si es un malentendido, que se aclare, pero esto no puede quedar en el aire.

Que el embajador hable, y que la justicia actúe.

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