Habla el director |
La izquierda
dominicana presenta el primer desfase histórico, producto de sus veleidades y
sueños truncos de hacer la revolución a sangre y fuego, ser autocrítica y ver
porque desapareció su influencia en el sindicalista y los campesinos.
El principal enemigo de la izquierda dominicana es el
militante atropellador, pedante y que
evita la auto-critica. Ello conlleva a la paulatina desaparición de un
movimiento generacional que debería ser agente de poder.
Tomando en cuenta los cuadros de hambre, de miseria y de
desesperación social que hay en el país, le tocaría a la izquierda llevar la delantera hacia la toma del poder,
pero se dispersa como simple polvo mecido por el viento.
Pero hoy ese experimento social no pasa de raquiticos
partidos políticos, que no tienen la mínima posibilidad de hacer una tarea
representativa en las venideras elecciones.
El dogmatismo ciego y el rechazo de métodos de diálogo y
concertación, ha sido el sepulturero de la izquierda nacional.
Aquí hubo sectores de la izquierda política que murieron
en la lucha de la guerra fría, pero ahora
hay izquierdistas que siguen
sumergidos en el pántano de la
incomprensión.
Por qué la izquierda no se ha hecho la autocrítica sobre
la inmolación de Manolo Tavarez Justo?. El sacrificio, casi suicidio de Francis
Caamaño, o como se forjaron los grupos populares como la coraza de acero de la
revolución de abril.
Los sectores de izquierda han tenido todas las
condiciones sociales para luchar abiertamente por el poder, pero se han perdido
en carreteras periféricas, siendo su principal pecado no ser autocríticos.
Ningun grupo popular puede tomar el poder, por elecciones
o protestas populares, si primero no hace una revisión de los fracasos pasados.
Los sectores socialista y hasta donde se puede decir
progresistas fueron de los más militantes en la Guerra Patria de Abril, pero
posteriormente fueron exterminados en el gobierno de los doce años de Balaguer.
Fue una cacería contra todos los sectores progresistas, y
sobre todo los dirigentes que levantaban cabeza. En la guerra fría, luego de la
revolución, el choque era frontal, y se vencía o moría.
Pero salvo de
atacar al doctor Balaguer, esos movimientos de izquierda han sido incapaces
de hacer una autocrítica sobre su manejo
social y político.
La divisióin interna le dio el tiro de gracia a los izquerdistas,
que eran tan enemigos entre si, como del gobierno de Balaguer.
Los que sobrevivieron a los doce años, fueron incapaces
de buscar la concertación, la unidad y tratar de tomar el poder como lo dictan
los nuevos tiempos, por el camino de las votaciones.
Hay ahora grupos sociales y populares que participan en
la carrera electoral del próximo año, pero ante todo tienen que ser autocríticos,
y sentar las bases para ser fuertes en otras jornadas. Tener la mira en el
futuro.
No es la izquierda hora mismo agente de cambios ni de
toma del poder. Con mucho podrá tener participación electoral, y todo se acabó.
El momento es propicio para una autocritica de los que se
llaman izquierdistas, los que deben comprender que sin concertación y
modernidad, no podrá haber toma del poder.
Sin auto-critica y valoración real de sus escasas
fuerzas, la izquierda seguirá soñando con la campanas que anuncian la
revolución en el barrio de Vibor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario