13.11.11

A Pleno Sol ......De huelgas… ....Por Manuel Hernández Villeta


La voz del director

La lucha política no puede hacer pausas, ni apegos a viejos métodos. El único camino del triunfo, es caminar de acuerdo con los nuevos tiempos.


La coyuntura lo es todo. Los organizadores de protestas y paros dominicanos, parece que viven en el pasado, siguiendo las viejas teorías de lucha política, que la praxis social envió a un museo.

Creo en el sacrosanto y soberano derecho que tienen todos los seres humanos, de protestar y de utilizar los métodos que consideren de rigor para defender sus derechos.

Inclusive, la Declaración Universal de los Derechos Humanos considera que contra la tiranía y la presión, es válida la utilización de la violencia para cambiar el sistema.

Un paro es una expresión política, y  es un derecho, si es  hecho sin violencia y sin obstaculizar la vida de los ciudadanos que  tienen puntos encontrados.

Pero donde fallan los organizadores de los paros, es que olvidan las nuevas mobilidades económicas dominicanas.
El crecimiento del desempleo lleva que la principal fuente de aporte de recurso para miles de dominicanos es la economía informal. Los despidos masivos en el gobierno y el sector privado, lleva a los dominicanos a vivir el día a día.

Cuando usted hace un paro, para triunfar, tiene que preguntarse que va a comer el pobretón, cuando todo esté cerrado. Ningùn organizador de paro ayuda a los que ese día no pueden trabajar.

Cuando hay un paro los vendedores  de la calle, las fritureras, los choferes de guagua y de carro, los peones y todos los que tienen ocupaciones similares, se quedan sin producir, y por consiguiente pasan hambre.

Un paro de labores perjudica más a los millones de dominicanos, que viven de echar un día a la esperanza, que al gobierno y a los empresarios.

Es una lastima que en los paros los organizadores no tengan el don del análisis de comprender que a quien dicen defender, es al que le están dando la puñalada en el corazón.

Muchas de las demandas son justas, y las están padeciendo los desgraciados de la fortuna, entonces ¿por qué cargar sobre sus hombros todo el infortunio de no poder salir a trabajar?.
Si usted quiere llamar la atención del empresario, paralice sus empresas, si quiere llamar la atención del gobierno, paralice el sector público.

La calle la puede anarquizar  una pequeña pandilla quemando gomas, y amenazando a los que van a ocupar una guagua, no se necesita gran organización ni fuerzas reales.

Los organizdores de paros, logran un éxito relativo, pero siguen siendo grupitos pequeños, que no tienen fuerza ral en las deliberaciones nacionales.

¡Por qué?. Sencillamente porque no tienen metodotología de trabajo, y actúan de acuerdo al olor de la protesta callejera, y no de la racionalidad.

Una huelga que pasa, los muertos al hoyo, y los pobres a seguir buscando la comida, con un día perdido….

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