La voz del director |
El bipartidismo ya se estableció en la República
dominicana. Desde hace años sectores políticos internacionales
plantean la necesidad de que sólo existan dos partidos en el país.
La praxis política se ha impuesto, y en las elecciones
podrán participar muchos partidos políticos, pero sólo dos tienen posibilidades
de ganar.
Es el primer paso para que en el futuro inmediato se
establezca ya, por resolución de la Junta Central Electoral o ley del Congreso,
la existencia de dos partidos políticos.
Lo trágico es que el bipartidismo se levanta, por la poca
fuerza de los partidos políticos de izquierda y derecha.
El Partido Reformista no tiene fuerzas ni siquiera para
ser el tercer partido del sistema, y su lucha ahora mismo es para ver a quien
respalda en las venideras elecciones.
Los reformistas son hombres y mujeres del poder, del
gobierno, y poco les importa alianzarse con quien sea, siempre que les garantice
un pedazo del pastel gubernamental.
Pero solo opción de ganar las venideras elecciones las
tienen los Partidos de la Liberación Dominicana o el Revolucionario Dominicano.
Sin embargo, como todavía no se ha cercenado la opinión
de las minorías, aquí es donde está la
línea debil de los que desean solo dos partidos en el escenario político
nacional.
En una primera vuelta, la minoría decide el proceso. De ahí
que se perfile con cierta ventaja el que
tenga los llamados grupos minoritarios de aliados.
Ninguno de los dos partidos grandes, tiene la fuerza
suficiente para ganar sólo las elecciones. Necesita de alianzas.
Los partidos minoritarios deben ver en esa situación, su
rostro reflejado en el espejo. Ellos tienen oportunidad de crecer, si se
disponen a trabajar con un programa claro y original de lucha.
El problema de los partidos políticos es que sólo se
activan para participar en las votaciones, y luego se toman un largo receso.
El bipartidismo no es la solución a las nuevas corrientes
políticas que demanda el país. Hoy más que nunca se hace necesario el libre
flujo de las ideas.
Todos los sectores deben estar representados al momento
de votar, y es el pueblo el que tiene el derecho de escogerles o rechazarlos.
De ahí que la democracia se nutre tanto de la minoría
como de la mayoría. Por la ley, no se puede fijar el bi-partidismo en República
Dominicana, porque ello sería un atentado a la democracia.
El libre derecho de cada uno de hablar y trabajar, es lo que fortalece la
democracia. El bipàrtidismo, la somete a las presiones mediáticas y los tratos
de aposento.
Manuel Hernández
Villeta es periodista dominicano
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