El Alfa y el Omega
es la espina más dolorosa en la vida de los pobres dominicanos. Es el
mejor ejemplo del desafecto social y del abandono humano. El principio y el fin de un pobre es desgraciado. Es el
instante donde necesita más ayuda, más asistencia, más caridad, y es dónde se
encuentra más abandonado.
Nacer y morir, están hermanados en las naciones pobres
con el síndrome de tormento y abandono, por eso es necesario ampliar las
políticas sociales que favorezcan a los niños y a los envejecientes.
En los primeros años de vida los niños dominicanos se
encuentran a merced de la muerte, sin asistencia médica, sin cuidado en su desarrollo
básico, viviendo en covachas y sobre todo sin mucho calor humano.
Lo mismo pasa con los envejecientes, que tienen como casa
cualquier acera, comen en los zafacones, no tienen asistencia médica y están
lejos del calor humano.
El Alfa y Omega de los desarrapados tiene que ser un
problema social. La niñez y la vejez es un principio biológico normal, pero
como se desarrolla la dignidad de una persona,
corresponde a la protección que reciban de la sociedad donde nació.
Los dos sectores más frágiles de la sociedad dominicana
son los niños y los envejecientes, por lo que desde ya hay que seguir con la
estela de protección a estas capas desdeñadas por la sociedad.
En la niñez, el problema de la falta de proteccion tiene que ver, a nivel
social, con la mala distribución de las riquezas, y a nivel personal, con la desintegración
del núcleo básico de la familia dominicana.
La categoría creciente de las madres solteras lleva a que
haya más niños abandonados, sin posibilidades de tener su biberón de leche, sin
pañales y sin asistencia médica.
Pero hay una subcategoría peor, que son las madres
solteras adolescentes. Es escandoloso e incontrolable el número de niñas de
entre once y 16 años que salen embarazadas, y no tienen pareja formal.
Tener un hijo una adolescente es tronchar su camino hacia
un mundo mejor. Tiene que abandonar los estudios, carece de dinero para
mantenerse ella o su hijo y cae en las garras de la prostitución, del delito,
de las drogas.
Las escuelas públicas y los colegios privados dominicanos
llegan hasta el atropello de expulsar a las estudiantes adolescentes que salen
embarazadas, lo cual constituye un abuso intolerable.
Que en el año 2012 se comiencen a implementar políticas
sociales que favorezcan a los niños y a los viejos es un gran anhelo. Son dos segmentos de la sociedad vulnerables y condenados a sufrir y a perecer.
Todos nacemos y posiblemente, si la suerte nos
acompaña, algunos llegaremos a viejo, por lo que no debemos
preguntar porquién doblan las campañas.
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