Los militares constituyen la espinal dorsal de un
régimen. La existencia real y efectiva de un gobierno está en el respaldo que
tenga del sistema militar, y su apoyo popular. En los países democráticos, los militares están
subordinados al poder civil. Su comandante en jefe es el presidente de la República,
que es un civil. Hay gobiernos que tienen a un civil como Ministro de las
Fuerzas Armadas-
Hay un debate internacional, en el cual tarde o temprano
los dominicanos vamos a tener que entrar, y es si los militares deben
participar en la política.
Yo creo que si. Los militares deben participar en las
elecciones votando, pero no postulándose. Desde luego no estoy diciendo que
esto ocurra en las venideras elecciones, sino que cuando se entre en ese
debate, tarde o temprano, esa será mi posición.
Los militares tienen participación directa o indirecta en
la vida nacional, y se puede decir que son hasta determinantes en una posible
votación cerrada.
El militar no vota, pero es cabeza de familia, y debido a
la rctitud que se debe manifestar en un hogar de un uniformado, es seguro que
el establecerá la regla a seguir.
Un militar, por ejemplo, con cuatro hijos mayores de edad
y su mujer, no puede votar en las elecciones, pero es el responsable de cinco
votos.
Por espinosa en el país este tema ha estado cerrado. Nadie
lo quiere tocar, pero lo adviertó, con las reformas políticas y sociales que se
están dando en el mundo, está discusión nos llegará en esta década.
No hablo de la policía porque este es un organismo cuasi
civil, cuya misión es de ser auxiliar de
la justicia. Sin embargo, en su estrutura institucional, la policía tiene los
mismos reglamentos militares, y en una decisión al particular, se le aplicará
la misma decisión que a los guardias.
Empero hay otro factor que quiero considerar. No estoy de
acuerdo en que los presos puedan votar.
Me refiero a los que
están detenidos porque violaron las leyes; éstos no merecen que se les
reconozcan derechos ciudadanos que ellos mismo echaron al zafacón.
Poner a votar a los presos no pasaría de un absurdo. Al
ser condenado un hombre pierde todos sus derechos ciudadanos, y no se le puede
rehabilitar con el voto, sin haber expurgado sus crímenes.
En los presos preventivos, es el juez que determina con la medida de coerción el grado
de posible culpabilidad. En base al dictamente del juez, se le puede dejar
accionar en la vida política.
Por ahora, y con miras a las venideras elecciones, no hay
condiciones ni siquiera para el debate, y mucho menos para implementar cambios.
Pero en el mundo globalizado de hoy, no hay un ciudadano
que pueda estar fuera del debate político. Las crisis sociales, económicas y
políticas son sufridas por todos, por lo cual no puede haber exclusiones.
Si los militares son los sostenedores del sistema, también
se les debería pedir a ellos opiniones sobre el Gobierno que quieren. El debate
llegará, pero que sea a su tiempo.
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