9.12.11

Fichas y expedientes


Hay un punto en el sistema judicial dominicano que mueve a confusión: las fichas policiales y los sometimientos a la justicia. Cuando un delincuente muere o es detenido, la Policía dice que tiene determinado número de fichas, lo cual da una idea del nivel de peligrosidad de ese individuo.


Pero la fiscalía guarda silencio en torno a las veces que esa persona fue sometida a la justicia. Dar a conocer una ficha es dictar justicia fuera de un tribunal sobre la honradez de una persona.

Sin embargo, toda sentencia, se tiene que evacuar  en un
juicio oral, público y contradictorio. Una ficha de delincuencia entregada a la prensa por la Policía, equivale a una sentencia de 20 años.

Es a la fiscalía que le corresponde entregar los papeles de buena conducta de cada ciudadano, y no a la policía, por lo que aquí se está jugando al gato y al ratón.

Pero una cosa es una ficha que la Policía abre para fines técnicos, de seguimiento de perfiles de personas que podrían estar dedicadas al crimen, y otra un sometimiento a la justicia.

Si un delincuente tiene 35 fichas, como el caso de uno muerto recientemente, quiere decir que en 35 ocasiones fue sometido a la justicia y luego se le dejó en libertad.

Esto habla de las debilidades del Poder Judicial y de la forma en que se preparan los expedientes  en la Policía.

Habría que ver también hasta que punto es legal que se le saque a una persona una ficha de delincuente, si no fue condenado por ese hecho y si el mismo no se ventiló en un juicio abierto, público y contradictorio.

La policía es un auxiliar de la justicia, y los agentes son los  primero que van a la escena del crimen y recopilan todos los datos, para dar con los criminales y establecer responsabilidades.

Si la policía  prepara una ficha a una persona, quiere decir que ve indicios de culpabilidd en el mismo. Queda por preguntar porque los jueces ponen en libertad 35 veces a una persona que es sometida por la policía por violar las leyes.

La reincidencia en la comisión  de delitos y acciones criminales debe alertar a los jueces sobre la peligrosidad del individuo que tienen al frente, y no dejarlo en libertad.

Desde el punto de vista legal, no es a la policía que le corresponde almacenar fichas y actas de buena conducta.
 Esos papeles son entregados por la Fiscalía, en base a las acciones del juez.

El trabajo entre la policía y la justicia debe estar más coordinado. Los agentes arriesgan su vida para detener a un delincuente, y en 35 ocasiones se le pone en libertad por triquiñuelas legales.

En esa sinrazón hay que buscar muchos de los actos de violencia que hoy azotan a los dominicanos.

Estamos dejando el escenario libre a los delincuentes, que se burlan de la justicia y de los ciudadanos, cuando salen de los tribunales en 35 ocasiones, sinque para ellos se haga sentir el peso de la ley.

Jugamos a que los dominicanos pierdan la fe y la esperanza  en un sistema judicial institucionalizado. De seguir este camino, vendrán las venganzas personales y el canibalismo social.

A la justicia le toca desempeñar su papel. No puede tener favores, ni miedo, debe distinguir entre el culpable y el inocente, pero debe aplicar todo el rigor de su espada redentora contra los violadores de las leyes.

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