14.12.11

¿Hacia dónde vamos?


Cuando un país pierde la fe, las esperanzas y las fibras patrióticas, surge la desgracia colectiva, y el fango social. En la República Dominicana se está perdiendo la fe en el futuro.
Los sin-sabores de la vida diaria llevan a una mayoría de dominicanos a vivir el día a dia, y no ver más horizontes fuera del enriquecimieto momentáneo.

Cuando un país va por el derrotero del declive moral, se hace necesario un alto en el camino.

El alto tiene que ser dado con el ejemplo de la vida diaria de sus principales líderes. Un líder no es solo un personaje que tercia cada cuatro años en la vida política nacional.

Un líder puede ser un pastor evangélico, o un cura. Lo mismo que el hombre sencillo de un barrio, pero que es el ejemplo de su comunidad.

Desgraciadamente estamos perdiendo los valores, los líderes se convierten en estatuas de barro, o en mezcla de estercoleros, y los religiosos caen en las tentaciones de la carne, violando a menores de edad.
Tenemos que levantar el liderazgo social, que esté por encima de las mezquindades, si es que queremos que el país pueda hacer frente a su devenir histórico.

Un pelotero es un ídolo de mutitudes, pero hoy sólo se ve la  cuenta millonaria que tiene, y eso le da derecho a que la justicia se quite la venda para dejarlo en libertad cuando comete uno de sus pecados.

Puede ser un pelotero dominicano que se vea involucrado en la muerte de dos jovenes; otro que se le acuse
 de matar a un joven en un fiesta de pueblo, o un multimillonario como Manny Ramírez, que recibe el perdón condicional, luego de ser encontrado violando las reglas morales del deporte.

Si no tenemos guías que seguir, no nos podemos quejar de que la delincuencia esté arropando y afectando a la sociedad dominicana.

Para poder salir del subdesarrollo se necesita trabajar y que los empresarios tengan mayor conciencia de su responsabilidad social. Hoy los empresarios son indiferentes ante los problemas nacionales, y solo piensan en la riqueza propia.

Los organismos del orden público están maleados por la corrupción, y aunque creemos que la mayor parte de los agentes de la policía son hombres serios y responsables, no se han sacado del cuartel todas las manzanas podridas.
La obligación de purificar a la sociedad dominicana es una responsabilidad de todos, y va más haya del compromiso de paticipar en las elecciones del 20 de Mayo del 2012.

Una cosa esta clara, si seguimos por estos caminos, caeremos en el precipicio.

Es la marcha de los pendejos hacia el matadero del silencio de los inocentes.


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