La llegada de una nueva Suprema Corte de Justicia debe
servir a la meditacion. ¿Cuál será el nuevo rumbo a tomar por el supremo
tribunal de justicia dominicana?. Sólo el tiempo lo dirá.
Para hacer comparaciones con el ejercicio de Jorge Subero
Isa habrá que esperar varios años. No se puede en un abrir y cerrar de ojos
borrar 14 años dirigiendo una institución con puño de hierro, como lo hizo Subero.
Creo que se le debió de dar la oportunidad de continuar al frente de la Suprema Corte de
Justicia, pero estimo que fue una especie de humillación que se le propusiera
para que siguiera como simple miembro.
De Subero Isa aceptar esa degradación, se habría esfumado como figura pública dominicana. Su labor en la Suprema lo convierte en una
personalidad-reserva que tiene el pueblo dominicano.
La Suprema Corte de Justicia que se va hizo mucho a favor de la institucionalización
de ese poder del Estado, que por siempre estuvo sometido a los bufetes de abogados
y a los vaivenes de los partidos políticos.
Se ha podido eliminar la influencia de las oficinas de
abogados, pero el litoral político es el que dispone la designaciòn de los
jueces.
Quizás cuando se escojan los próximos jueces dentro de
siete años ese panorama haya cambiado, pero por el momento esa es la realidad,
la política prima en la selecion de los jueces de la Suprema.
Subero Isa comenzó el proceso de institucionalización de
la justicia dominicana y una muestra es que la mayoría de los nuevos
jueces tienen carrera judicial.
Ya no hay camino para mirar atrás, y no importa la situación
específica que permitió la elección de estos jueces; tienen una gran tarea por
delante.
Su primer paso tiene que ser mantener el proceso de institucionalidad del
sistema judicial, su independencia de criterios y más aún, que puedan hacer
cambios que no se completaron en esta ocasión que cierra sus puertas.
La Suprema tiene que ejercer un mayor control, con una
vigilancia permanente, sobre el accionar de los jueces de menor alzada, para
evitar que sigan en actos dolosos y en prevaricaciones.
La sanción a esos jueces a los que se les dobla la rodilla debe ser ejemplar, poco importa
si es por miedo o por paga.
El efecto es el
mismo, el que no tenga valor no puede ponerse la toga de la justicia, para defender a la sociedad.
La Suprema tiene que
tomar las medidas pertinentes para que se modifique el Código Procesal Penal,
que es uno de los grandes dolores de cabeza de la sociedad dominicana.
Tal y como está, ese Código no puede seguir un día más,
porque en muchas ocasiones sirve de justificación para que se de protección a criminales que
salen en libertad.
También se tienen que aplicar las modificaciones al
Codigo del Menor, que asimismo constituye un golpe al principio de aplicación de
una justicia sana y justa.
La confianza y el respeto se ganan; Subero Isa se ganó
ese reconocimiento. Queda ahora por ver, si con su trabajo diario, estos
jueces también se llevan el galardón del
respeto y la confianza del pueblo.
La hoja de vida de cada uno es garantía de buen trabajo,
pero vamos a ver como se desarrollan los acontecimientos.
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