La educación pública universitaria tiene que hacer una muy
necesaria revisión. Ya pasó la época de las universidades populistas, que junto
a ser claustro de enseñanza, se
convertían en punta de lanza de las protestas callejeras y refugio de las
izquierdas.
La misión de una universidad no es quemar gomas, sino
abrir el debate para que los problemas se traten de modo conceptual, y se le
busquen soluciones y alternativas que sean viables.
Con el paso del tiempo, la Universidad Autónoma de Santo
Domingo se ha quedado petrificada en el pasado.
Hoy, es necesario que esa universidad tome su rol de
centro de la enseñanza al alcance de todos los dominicanos, y deje a un lado la
molicie que la carcome.
La UASD capeó un período histórico donde la lucha contra
el Balaguer de los doce años era necesaria. El tiempo ha pasado, Balaguer ya es
historia y hay nuevos retos por delante.
El trauma
central de la UASD, tomando el rostro
visible de sus principales dirigentes, es que todavía no ha sobrepasado la
época de los doce años.
Se olvidan que hay nuevos rumbos, y que un centro
univesitario estatal para subsistir no puede ser un parásito del gobierno, tiene que ser cantera de investigación y ejecutora de
proyectos.
La UASD tiene que hacer un saneamiento interno, para
saber en qué y cómo emplea los recursos, No creo que haya una corrupción
rampante en la UASD, pero si falta de gerencia y dirección de gastos e
inversiones.
Lo primero que se tiene que hacer en la UASD es un
saneamiento del personal, saber cuales empleados merecen estar laborando en la academia, y no pensar que
ocupan un cargo porque son compañeros de partidos.
La UASD tiene que aplicar la baja a los profesores que dan muestras de no tener al día sus
catedras, y de que no tienen el menor interés en superarse.
Para muchos profesores, el compromiso con la UASD
responde a una alternativa política que se han ganado, y por la cual tienen
todo el derecho a devengar un cheque.
El profesor que no pase un exámen debe ser dado de baja.
Se puede buscar el asesoramiento de técnicos internacionales para saber el
profesor ideal para impartir docencia en
la UASD.
Y el punto más importante, es que tiene obligatoriamente que darse la baja estudiantil.
En la etapa de turba-multa se daba cabida en la UASD a todo el que quería
estudiar, lo cual es un contra sentido.
Lo primero a demostrar es si una persona tiene las
suficientes actitudes y conocimientos
para la educación superior, y en caso contrario, se le debe remitir a
una institución especializada de menor nivel.
Si usted no da para doctor, entonces se necesitan
enfermeras; si no aplica para ingeniero, vamos a facilitarle que sea maestro
constructor.
La baja estudiantil debe partir de un exámen de admision,
donde a los bachilleres que no cualifiquen no se le asigne el número de una
matrícula.
Para sobrevivir, la UASD tiene que tomar medidas heroicas
a lo interno, porque puede conseguir mayores fondos del presupuesto nacional,
pero no podrá pasar, sin esas
remociones, de ser una academia atada al pasado.
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