En un sistema carcelario moderno, los indultos son necesarios.
Es la esperanza del reo, que luego de cumplir más de la mitad de su pena, sabe
que puede salir en libertad. Es la oportunidad de regeneración que ofrece la sociedad. A un preso no se le puede juzgar dos veces por el mismo
delito.
Cuando se analiza si puede ser favorecido con un indulto
se toma en cuenta su conducta en la cárcel, el arrepentimiento y si ha seguido
en contacto con el engranaje criminal que le hizo violar la ley.
Los indultos tienen que ser basados en la buena conducta
del reo, y con este código penal moderno se pueden tomar decisiones al
particular en base a su demostrada regeneración. Para poder ser indultado, se
podría disponer, hay que estar varios años en una cárcel modelo.
Por ejemplo no podrían
ser indultados los que son condenados a 30 años de prisión, y deben haber cumplido para
solicitarlo más de la mitad de la pena, o sea diez años.
Un preso para ser indultado debe ser un ejemplo en la
cárcel. Debe tener años, si es letrado, ayudando a educar a sus compañeros de prisión, en
tareas de regeneración, y si es analfabeto e iletrado, en base al grado de colaboración
con la estructura del penal.
Para indultar a un preso tiene que haber una comisión
integrada por todos los sectores de la sociedad. El crimen no solo es un hecho
legal. Cuando un delincuente comete una violación a la ley, y es condenada por
ella, le falta a toda la sociedad.
En una comisión de indultos debe haber un sacerdote, un
pastor evangélico, un periodista, un maestro, abogados….Se puede integrar con diez personas, y que por voto mayoritario se determine los que
deben salir en libertad.
Si las autoridades tienen miedo de aplicar los indultos,
por los actos de corrupción que se cometen en torno a los mismos, nos jodimos.
El indulto es necesario en el proceso de regeneración de
los presos, y el moderno sistema carcelario. Si las autoridades son incapaces
de atajar la corruptela al momento de conocer estos expedientes, entonces la
República Dominicana no tiene futuro.
Se nos está diciendo que el sistema judicial no tiene la claridad moral, la reciedumbre,
la fuerza, para poder rechazar las manos teñidas de corrupción, al momento de
depurar a los presos que van a ser indultados.
Si no hay capacidad de llevar a cabo el indulto de presos
de comprobada buena conducta, porque se le teme a la corrupción, vamos a cerrar los tribunales y volver a la ley de
talión.
La justicia no puede ponerse nunca de rodillas, sino puede vencer a la corrupción que se anida en
su seno, entonces vamos a cerrar los tribunales, y a los jueces que se vayan
para su casa.
Da la impresión de que la corrupción está doblando el pulso
a la sociedad dominicana…..
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