22.2.12

Observadores ciegos



Los observadores electorales dominicanos cometen el pecado de ser entrometidos. Les gusta dirigir un proceso para el cual no tienen autoridad. Siempre ha sido así. Muchos de los que coordinan el proceso de observación, en algun momento debieron postularse para ser jueces electorales o al Tribunal Superior Electoral.


Ser observadores parece que es una frustración social e interna. Carecen de  fuerzas suficientes para levantar un partido político, y tienen miedo de ir a ocupar los cargos públicos. Guerrilleros sin montaña, de comunistas a neo-liberales.

De tanto denunciar inoperancias y hasta corrupción, saben la fragilidad  de la administración pública o Estatal, y temen que ellos sean víctimas de nuevos denunciantes.

La observación  elctoral no es mala. Es una acción que puede dar fe de que se lleva a cabo un proceso libre y democrático, y que tiene ojos encima del día a día de las labores.

Pero una cosa es tener ojos y otra las manos. Dónde usted solo tiene categoria de ser observador, no puede pasar a dirigir.

Los representantes de la sociedad civil saben que a ellos se les terminó su tiempo, y  que se han reciclado en nuevas fórmulas, desde que casi todos fracasaron en el intento de formar un partido de clase media, que terminó a puñetazos.

De aquel grupo Moderno del que nadie se recuerda el nombre, surgieron estos representantes de la sociedad civil, de los cuales nadie sabe de dónde vienen y hacia dónde van, y mucho menos de dónde le sale el financiamiento.

Tienen derecho a la observación del próximo proceso electoral, pero los fondos que conlleva mantener esa actividad no pueden salir de la Junta Central Eelctoral.

Pueden hacer sus encuestas a boca de urna, como se hace en muchos países del continente, pero reconociendo que no tienen autoridad para irrumpir en los colegios electorales, ni suplantar la decisión final de la Junta.

Si hay reglas de juego, se puede cumplir con uno de los peldaños de la democracia, y es de que todos puedan velar por la limpieza de los comicios.

Los llamados reresentantes de la sociedad civil lo que tienen es que dejar a un lado la altaneria, la prepotencia y el desenfado, y comprender que  en la fiesta de la democracia son uno más. Como dice la declaración Universal de los Derechos humanos….todos los ciudadanos con los mismos deberes y derechos.

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