17.2.12

Partidos y caos



El sistema de los partidos políticos corre el riesgo de colapsar en la República Dominicana, si no da un alto a la carrera de lo que unos llaman  transfuguismo y a la búsqueda de beneficios. Cuando la política se convierte en un negocio, sus representantes navegan en un lago de  despedicios y son ahogados por esas miasmas.


Cuando para un militante es tan fácil cambiar de chaquetas y de bolsillo, debe haber una revisión. Quiere decir que se va cercando la brecha entre los partidos, que va desapareciendo la diferencia.

En la época de las izquierdas, era difícil que de un lado se pasaran a otro. Había colaboradores, que nunca podían entrar a la que creían su nueva casa. Eran vistos como traidores. El traidor siempre es execrable.

Se le utiliza para fines inmediatos, pero luego es lanzado al zafacón como un zapato viejo.

Pero la realidad es que si la política no tiene detrás a una línea ideológica, no se pueden evitar los pecados. Es la línea de que cada quien mire a ver como sobrevive, y que puede conseguir en el intento.

Paa ser justo, en ocasiones las deserciones de un partido político provienen de grupos de disgustados, de personas que sienten que no se les está ofreciendo la suficiente ayuda, y la van a buscar en otra parte.

Pero esas son individualidades, que si vemos el caso tratando a la política como una ciencia, ni siquiera deben ser considerados.

Aquí no se da el transfuguismo, porque no hay grandes diferencias entre los partidos políticos. Todos están alineados en defensa de los mismos compromisos, y son defensores de las mismas causas.

Uno es más honrado que otro, y tiene mejores y más modernas perspectivas sociales, pero siempre dentro del círculo de la democracia representativa, y la libre empresa.

Sin embargo, y a pesar de todos los pecados, hay que salvar el sistema de partidos, o perecerá  la paz y la tranquilidad social.

Los que juegan  con esta candela deben tener presente el caos reciente de Venezuela, donde hoy no queda ni uno de los partidos tradicionales, y la derecha está sin voz y voto.

Los empresarios, que siempre tienen a su disposición a politicos de paga, ante el descrédito de éstos, acuden a uno de sus propias filas para tratar de parar a Chávez, lo cual parece imposible.
La reflexión de hoy, es que sin importar los resultados del 20 de Mayo, el sistema de partidos está a punto de colapsar en el país. Hay que evitar ese descontrol y caos. Aunque, a veces del desorden surgen nuevas formas de vida.

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