Mientras en el Congreso republicanos y demócratas buscan un acuerdo para recortar el presupuesto federal que evite un 'cerrojazo', el Pentágono está teniendo que hacer frente a un elevado gasto extra a causa de la intervención en Libia que se inició hace 10 días.
De acuerdo con fuentes gubernamentales, la factura asciende ya a 550 millones de dólares, y no existe una idea clara de cuánto acabará costando el total de la operación a las arcas públicas. Hasta ahora, la mayor parte del gasto, hasta un 60%, deriva del lanzamiento de bombas y misiles, y el resto corresponde al coste del despliegue de las tropas a la zona, y el combustible para las operaciones aéreas.
Hasta el momento, se han lanzado 192 misiles Tomahawk sobre Libia, cuyo valor aproximado es de 1,5 millones de dólares por unidad. Además, se calcula que los cazas estadounidenses consumen cada hora de vuelo combustible por valor de 7.000 euros.
Según la información proporcionada por el Departamento de Defensa al Congreso, durante los próximos 15 días, la factura aumentará en 40 unos millones de dólares, pero está previsto que se reduzca de forma sustancial a medida que EEUU entrega el mando de la operación a la OTAN, sus aviones realizan menos vuelos de supervisión sobre Libia. Además, una vez destruidas las baterías antiaéreas del régimen libio no hará falta apenas lanzar nuevos misiles Tomahawk
La previsión del Pentágono es que, si se prolonga la zona de exclusión aérea hasta el mes de septiembre, el gasto para las arcas públicas alcanzaría los 800 millones de dólares. Ahora bien, el ejército estadounidense reconoce que los costes futuros de la operación son "muy inciertos", habida cuenta de la fluidez de la situación sobre el terreno.
De momento, el ejército estadounidense está financiando la operación usando fondos "designados para otros objetivos de seguridad nacional", además de echar mano de sus reservas de munición. De acuerdo con fuentes de la Casa Blanca citadas por Bloomberg News, no está previsto que el presidente Obama solicite al Congreso la provisión de fondos específicamente destinados a la operación libia.
Actualmente, el ejército estadounidense tiene destacados más de 4.000 militares en la región para llevar a cabo la operación "Odyssey Dawn", además de 175 aviones. Uno de ellos, un F-15E se estrelló durante los primeros días de la operación. Como este modelo de cazas ya no se fabrica, no se podrá reponer. Su coste estimado fue de unos 80 millones de dólares, que no han sido incluidos en el total del coste de la operación estimado por el Pentágono.
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