Es el segundo grupo de deportados desde enero del 2010, cuando un terremoto devastó Haití.
El servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) informó que los 19 haitianos habían sido declarados culpables de por lo menos algún delito grave.
Estados Unidos reanudó las deportaciones hacia Haití el 20 de enero. En aquella fecha envió a su país a 26 haitianos hallados culpables de un delito y a uno exonerado de un presunto complot terrorista en el 2007, a quien se consideraba todavía una amenaza a la seguridad nacional.
Uno de los deportados en enero falleció tras sufrir síntomas semejantes a los del cólera en una cárcel haitiana. Defensores de los inmigrantes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y algunos obispos católicos señalan que las condiciones en el país caribeño hacen que resulten inhumanas las deportaciones.
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