Alberto Contador |
"No es un triunfo triste, tenía muchas ganas de conseguirlo por el fallecimiento de Xavi Tondo, una persona con la que he compartido tiempo, era un grandísimo corredor y un apasionado del ciclismo. Para él va esta victoria", fueron las primeras palabras de Contador, que elevó un brazo al cielo para acordarse del ciclista fallecido. [Narración]
En esos siete kilómetros, Contador le sacó 47 segundos a Nibali, que le había sido 13 más rápido en el primer control de tiempos. El 'Tiburón de Messina' hizo una crono óptima, se sintió autor de una etapa muy grande, pero se rindió a la superioridad del mejor del mundo. Su guerra es con Michele Scarponi, tercer clasificado del día y aún segundo de la general.
Scarponi sólo fue cuatro segundos más lento que Nibali en la meta, así que recortó cinco de los nueve segundos que le había endosado el siciliano en el terreno menos duro. Una confirmación de lo que se había visto en la alta montaña y, acaso, en la montaña venidera: cuando la carretera se empina, es mejor 'Scarpa'; en llano o en descenso, el 'Squalo'. Subidas y descensos a meta quedan. También una crono llana el último día, favorable a Nibali.
Y esa es la emoción que le queda al Giro para los italianos y para quienes desean encajar entre los cinco o los 10 primeros clasificados en Milán, tras la última etapa. La cima del Giro la domina con absoluta suficiencia el campeón español. Al pasar la meta y ver a sus amigos y a su hermano, hizo un gesto triunfal con el puño cerrado: la rúbrica de su segunda victoria de etapa, aunque sobre todo el cierre de toda discusión sobre su triunfo en la sexta victoria final consecutiva de una ronda de tres semanas. Desde 2007, invencible.
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