A sus 71 años, Marco Bellocchio ha recibido el León de Oro a toda una carrera en el 68 Festival Internacional de Cine de Venecia. Además, en la Mostra se proyectó la nueva versión de uno de sus filmes más famosos, «En el nombre del padre» (1972), que contiene materiales de la cinta original, y que a juicio del realizador es más «bonita».
Bellocchio, que aún sigue trabajando en proyectos cinematográficos, dijo sentirse «satisfecho» por conseguir el prestigioso premio: «Sería un loco o un imbécil si no lo estuviera. Me parece, por cómo lo siento yo, el reconocimiento a una carrera en la que siempre he buscado ser fiel a mis ideas e imágenes, a pesar de haber ido cambiando también. No soy el mismo que hizo "En el nombre del padre". Creo en los cambios». Incluso afirmó que el premio podía convertirse en «un comienzo para un futuro que puede ser aún de gloria».
De «rivales» a amigos
El encargado de otorgarle el prestigioso premio fue el también italiano Bernardo Bertolucci, obligado a desplazarse en silla de ruedas. «Con Bernardo ha habido muchas cosas en común, pero también muchas diferencias. Él estaba en Roma casi tanto como yo. Teníamos amigos comunes como (Pier Paolo) Pasolini, todo ese mundo que me permitió ambientarme en Roma», afirmó el realizador durante una rueda de prensa antes de recibir el galardón, según recoge la agencia Efe. Al director de «Salto en el vacío» (1980), «El diablo en el cuerpo» (1986) o «Buenos días, noche» (2003) le emocionó profundamente recibir el premio de manos de Bertolucci, pese a que hace cuarenta años existiera rivalidad entre ellos. «Está claro que su sensibilidad, sus imágenes, son distintas de las mías, pero el hecho de haber empezado casi en los mismos años, de ser de la misma quinta, hace que hoy lo sienta misteriosamente cercano», afirmó el cineasta. «En los años 70 hubo una cosa como rivalidad, incluso como envidia. Él tenía grandes éxitos en el mundo y yo hacía "En el nombre del padre" con tantos problemas. Pero con el paso del tiempo creo que nos hemos reencontrado», añadió.
Fue el propio Bellocchio el que tuvo la idea de presentar la nueva versión de «En el nombre del padre» en el Festival, ya que creía que «Había imágenes que podían ser más libres, ligeras. El ritmo podría ser más envolvente. Hemos hecho muchos cortes nuevos. El significado del filme ha quedado exactamente igual, es decir, con esa desesperada provocación».
La organización de la Mostra ha definido al cineasta como uno de los «más influyentes del cine de Italia de las últimas décadas y uno de los autores más grandes del cine contemporáneo».