Enrique V. Iglesias: «Estados Unidos es el gran vendedor de las armas que llegan al narco

Enrique V. Iglesias presume de que el Rey y él han sido las únicas personalidades presentes en todas las cumbres. Uruguayo de origen asturiano, presidió durante 17 años el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y desde 2005 es titular de la Secretaría General Iberoamericana (Segib). También ex canciller de Uruguay, afirma que entre tanta crisis «América Latina es una isla de excepción».

—En tiempos de crisis ¿no hay demasiadas reuniones multilaterales en el mundo, incluida la iberoamericana?

—En general hay muchas reuniones. Pero tampoco sé cómo sería la mejor manera de administrar nuestro mundo. La complejidad de la globalización hace que muchos problemas requieran que los gobiernos tengan que verse las caras. Pero coincido en que sería preferible que fueran menos.

—¿Estas cumbres ya están consolidadas o las ausencias significativas indican que han perdido interés?

—Entre los presidentes podrá haber alguna ausencia, pero asisten todos los gobiernos y a muy alto nivel.

—¿Se están tomando las medidas adecuadas para frenar la extensión del crimen organizado por México y Centroamérica?

—Son las verdaderas víctimas. A pesar de sus grandes esfuerzos, es difícil la tarea porque son vecinos del gran consumidor de droga del mundo y el gran vendedor del armamento que llega a las guerrillas de esa región. Mientras no se instrumentalice una cooperación efectiva con Estados Unidos, es difícil que la guerra sea exitosa en esta materia.

—¿Brasil es un ejemplo para presidentes como Ollanta Humala frente a las tentaciones populistas?

—Brasil ha sido un modelo de desarrollo eficiente, con buena relación entre el Estado y el sector privado. Es una de las grandes potencias emergentes, la única del mundo occidental. El Gobierno de Humala ha empezado con muy buena dirección en el área económica. Eso ha dado confianza a los mercados y expectativas a su Gobierno.

—¿La Primavera Árabe puede ser contagiosa en el caso de Cuba?

—La Primavera Árabe ha sido saludable. Es importante la toma de conciencia de la opinión pública del valor de la democracia y la libertad. Y es importante que miren a América Latina y cuánto nos costó avanzar en la senda de la construcción democrática y del desarrollo. La forma en que eso afecte a otros países es relativo, dependerá de la coyuntura y las circunstancias de cada uno.

—La XXI Cumbre Iberoamericana abordará la «Transformación del Estado y desarrollo». ¿Le preocupa la transformación que están haciendo países como Venezuela, Bolivia…?

—Estamos preguntándonos qué Estado queremos para esta coyuntura económica. El problema no es tanto el tamaño, sino si es eficiente. Hay conciencia de que tiene que haber un Estado como tiene que haber un mercado. Esa relación entre Estado y mercado ha ido cambiando, hoy somos un poco más pragmáticos. No me voy a pronunciar sobre países en particular.

—Muchas naciones de la región están sorteando la crisis mundial pero ¿qué pasará si la situación se alarga?

—La salida de la crisis por el buen comportamiento de sus economías tiene que ver con la combinación de una buena administración macroeconómica y una coyuntura internacional donde, sobre todo América del Sur, está impulsada por precios elevados en materias primas. Lo primero va a seguir, han aprendido que tienen que manejar bien su macroeconomía. Lo segundo depende del mundo desarrollado.