Cuando a un hombre se le niega la oportunidad de externar
libremente sus ideas, se le está castrando su conciencia, su corazón y su
entendimiento.
Por desgracia, la libertad de expresión es el primer
punto que borran los gobiernos de fuerza, los dictadores y los grupos
totalitarios.
Se cercena la democracia, cuando sólo hay una voz, que
trata de orientar a miles de oídos. Los dominicanos han vivido en carne viva el
cercenamiento de la democracia, y la ausencia de libertad de expresion.
De ahí la importancia en que día a día se tenga que
luchar para que se mantenga la libertad de cada persona tenga derecho a expresarse públicamente.
Los excesos de esa libertad de expresión tienen que ser
tratados en los tribunales, donde la demanda puede prósperar en caso de que se
pruebe que se cometió un exceso en la
exposición de las ideas, o una calumnia.
Es difícil saber que le hace más daño a la libre expresión
de las ideas, si su impedimento o su prostitución.
Las ideas que se prostituyen por dinero o por miedo, son
una afrenta para una sociedad civilizada, donde todos tienen derecho a hablar y
ser escuchados.
En el devenir de su historia, los hombres delegan en sus
representantes la defensa de sus
intereses. Individualmente dan forma a un pensamiento que talvez para el hombre
sencillo sea difícil de explicar.
De ahí los traductores sociales, los que deben dar forma
y calor a las ideas. Surgen los profesionales de la comunicación.
Uno de los problemas centrales del área de la
comunicación es la prostitución de las ideas, cuando se actúa por encargo, por
paga y por venta y compra.
La corrupción que embarga a toda la sociedad, también
ensucia las conceincias de los que incumplen con su deber por un puñado de
pesos.
Hay un precepto biblico que habla bien claro de la
importancia de que mediante el diálogo y
la investigaciòn se conozca a la verdad.
El hombre que vive en las tinieblas, será esclavo de los
poderosos de turno, de los que ultrajan su conciencia, y lo someten como si
fuera un animal de carga.
¡Y Conoceréis la
verdad, y la vedad os hará libres!. Para conocer la verdad, todos los hombres
deben escuchar las verdades de cada quien, y someterla al juicio de su
entendimiento y su posición clasista.
La verdad en un mundo tan diversificado y dividido como
el de hoy, no la tiene un solo sector, sino que se puede llegar a ella mediante
el consenso y el estudio de la problemática
general.
Cada segmento social tiene su verdad, toca al juez
determinar donde está la realidad y la fantasía, la verdad y la mentira.
No importan la murallas que tenga que derribar, el hombre
será fuerte mientras pueda externar su pensamiento. Más poder que las balas
tienen las ideas.
Lo último que un hombre debe perder, es su derecho a expresar
libremente su pensamiento. El silencio y la censura es la muerte.
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