La voz del director |
Una gran parte de los Ayuntamientos, por no decir todos,
son insensibles a los graves problemas sociales y comunitarios de sus ciudades.
Da la impresión de que a los alcaldes les molesta el olor
de la basura y en vez de recogerla, lo que hacen es ignorar que el problema
existe.
Hoy por hoy, la basura es una de las fallas municipales más graves que tiene la República Dominicana.
En cualquier lugar del país los desperdicios ahogan a los ciudadanos.
Aquí se da una gran irresponsabilidad de los Ayuntamientos,
porque con la diseminación de los
trabajos del Estado, estos han quedado prácticamente sin funciones que vayan directamente a la
comunidad.
De los ayuntamientos no depende ofrecer los
servicios de agua, de energía, de la
reparación de calles, y cuasi su única función que es recoger la basura, no la
pueden hacer.
La solución improvisada de entregar la recogida de basura
a empresas independientes tampoco da resultados. Podría ser la solución, pero también
se da un manejo anárquico en la deposición de los desperdicios.
Todos los sectores de la vida nacional se deben reunir
para dar sus aportes a los programas de recogida de basura. Hay que hacer que
ese trabajo responda a las necesidades ciudadanas.
Las principales ciudades del país son muladares,
diseminando microbios, virus, enfermedades y llevando la desesperación a miles
de personas que ven impotentes el problema.
Para nosotros cada Ayuntamiento debe proceder a recoger
su basura, sin excusas y sin dar largas.
Ahora, si aparecen compañías que reúnan los requisitos técnicos, se les deberá
tomar en cuenta, y previas licitaciones claras y transparentes entregarles la
recogida de la basura.
No importa si es con empledos del Ayuntamiento, o contratistas
o sub-contratistas de empresas privadas, lo que hay es que solucionar todo los
problemas relativos a la eliminación de los desperdicios.
Si es el caso de la gran Capital dominicana, ya está bueno de
echar la culpa a la carretera, al pesaje o al mal estado de los camiones: la
basura tiene que se recogida.
Si los síndicos son incapaces de solucionar el problema,
deberán presentar renuncias de sus
cargos. El ciudadano escoge sus representantes para que trabajen para su bienestar,
no para que se le burlen en las caras.
Manuel Hernández Villeta es periodista dominicano
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