La Voz del Director |
La mayoría de las prostitutas simbolizan la vida del
payaso: lloran y sufren, mientras todos ríen y se divierten. La tradicional zona de tolerancia que rodeaba la capital
y los pueblos, fue derribada junto con
la tiranìa de Trujillo.
El gobierno de fuerzas impuso como costumbre que las
prostitutas vendieran sus servicios en zonas apartadas de las ciudades.
Con la caída de Trujillo la prostitución se extendió a la
libre y se estableció donde quiera que un mercader viera posibilidades de hacer
negocios.
La prostitución existe desde el inicio de la humanidad, y
para los organizadores de los centros sexuales, es un negocio hoy millonario.
En la Capital dominicana existieron áreas destinadas a las
prostitutas, fuera como zona de tolerancia o por el peso de la costumbre.
Se recuerda los alrededores del viejo muelle de Santo
Domingo, donde estaban los cabarets situados estrategicamente para la llegada
de los marinos y de los muelleros.
La avenida Duarte fue y es un gran lupanar, y es una
vergüenza nacional que el área del parque Independencia esté llena de cueros.
La zona de tolerancia es parte de una época ida. En la sociedad de hoy, no
puede haber un cerco de esta naturaleza.
La prostitución tiene que ser regimentada en base a
medidas legales, de acuerdo con las costumbres, la moral y los códigos. Los violadores de la ley,
tienen que ir a las cárceles.
Además, hay doble moral de una parte de los que desean establecer una zona de tolerancia
para prostitutas, debido a que algunos son clientes habituales y otros son
socios o dueños de negocios de este tipo.
En vez de abogar por zonas de tolerancia, se deben hacer
cumplir las leyes sobre la pornografía donde se utilizan menores, mitigar los desordenes en centros de diversión que
ofrecen sexo, y reglamentar las visitas
de las trabajadoras sexuales al Centro Sanitario.
Sería muy util
levantar un censo sobre las prostitutas y darle un carnet para que trabajen, y
se le pueda dar seguimiento a su estado de salud.
Eso sería fácil porque las áreas de la prostitución son
como las rutas de carros y guaguas, que en cada cuadra hay un dueño específico que tiene control del
servicio que oferta.
Hay un punto que no se puede pasar por alto. La prostitución
en sus inicos y en la mayoría de los casos, es un rostro feo de la miseria.
Casi todas las mujeres que venden sus cuerpos, comenzaron
debido a las desigualdades sociales, y a carecer de recursos para mantenerse.
Muchas son madres solteras, abandonadas por sus maridos,
y que están a la expensa de vender sus caricias por breve tiempo, debido a que
las más jóvenes sacan a las veteranas de mercado.
La mejor forma de luchar contra la prostitución, es
mejorando las condiciones de vida de la población, y no dándose golpes de
pecho, tratando de establecer zonas de tolerancia.
Una zona de tolerancia, sin plantear soluciones y
mejorías sociales, sería ponernos la careta de la hipocresía.
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