25.11.11

Respeto, señor Yzaguirre


 El mundo es hoy una aldea globalizada. Los medios modernos de internet permiten que paso a paso un hombre residente en la República dominicana conozca la crisis de Libia, o vea la sangre en la plaza principal de Egipto.


No es posible hoy que un país viva apartado del derecho a la libre información. Que Barack Obama perdone a dos pavos con motivo del Día de Acción de Gracias es una noticia al instante reproducida por los periódicos web del mundo entero.

Un comentarista dominicano, o de cualquier parte del mundo, puede analizar, de acuerdo a su conciencia, su punto de vista o sus intereses, la situación del mundo. Puede tener simpatías con quien le venga en gana. Es su derecho.

Pero una cosa es ser comentarista y otra diplomático. Un embajador  es un enviado de buena voluntad entre dos países, por lo que siempre debe tener en cuenta en que momento peca de injerencista en los asuntos internos de una nación soberana.

Desde que tengo uso de razón, los embajadores norteamericanos en República Dominicana han sido pro-consules. Ellos no comentan, sino que dan órdenes, y esperan que sus posiciones sean aceptadas sin chistar.

De ahí que lo primero que debe tener un embajador norteamericano, si se quiere presentar de liberal y representar a la nueva cara de la democracia que representa Obama, es ser muy cuidadoso en sus declaraciones.

En su charla ante la Cámara Americana de Comercio el embajador norteamericano Raúl Yzaguirre se presentó  como un pro-consul. Algo intolerable en una nacion soberana.

Aunque prácticamente todos los políticos dominicanos se callaron, hirió la sensibilidad nacional que se metiera a dar órdenes sobre temas que son propios del devenir de los dominicanos.

Es más que lamentable, porque Yzaguirre tiene reputación de trabajar a favor de las minorías en los Estados Unidos, y está al servicio de un gobierno que dice busca presentar una nueva cara para los Estados Unidos.

El  tono de su charla, señor Yzaguirre, es inaceptable para un país libre y democrático.  Y podría decir que inaceptable para la nueva cara que quiere presentar su presidente.

Conocemos que en este mundo unipolar, los Estados Unidos se levantan como quizás la única gran potencia, pero no tiene usted que recordarnos que somos el patio del imperio, donde se nos puede echar en cara nuestras debilidades,  propiciadas  e impulsadas por gobiernos de América.

Usted, señor Yzaguirre, como político liberal y a pesar de su edad, de nuevo cuño, sabe que los nortemericanos son responsables y culpables del atraso que viven los países latinoamericanos y del tercer mundo.

Poner fin a  esas intromisiones odiosas en asuntos internos de países como la República Dominicana es la portada del libro de nuevas libertades que presenta el Presidente Obama.

Su presidente es un hombre de color, que conoce el atropello vivido por el sector étnico al que pertenece, y con todo respeto, nos permitimos recordarle que usted tiene mucha relación con los chicanos, que han sido golpeados por sectores hegemónicos de los Estados Unidos, enemigos de los emigrantes.

Señor Yzaguirre para los dominicanos usted es la cara visible de lo que Barack Obama presenta como la nueva América, no haga que el pueblo desconfie y tema de sus palabras, y que le haga recordar a John Battlow Martin, que de amigo del pueblo dominicano, se puso las botas de interventor para tratar de dirigir nuestros destinos, en la revolución del 65.

La injerencia en los asuntos internos solo servirá para que se mantenga la idea del Tío Sam con el garrote en las manos, y no que se vean las manos solidarias que Obama tiende a las naciones pobres.

 De seguro recuerda usted a Marlon Brando, destacado actor norteamericano ya fallecido, en la película “El Américano Feo”.  Creía que ese tipo de injerencias era parte de la ficción y el pasado……

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