8.12.11

Recursos para educación


El sistema educativo dominicano necesita mayores recursos para prosperar, entrar en la modernidad y ser eficiente. De ahí que hoy vamos a hacer varias proposiciones para que se liberen fondos, que se pueden destinar a la educación.


No creemos en la campaña del cuatro por ciento, porque nos huele que detrás de ella están los empresarios del sistema educativo.

Es una campaña que ha tenido muy de cerca a los editores de libros de texto, a los suplidores del desayuno escolar, a los dueños de colegios y a otros activistas.

 Con los recursos actuales que asigna el Presupuesto al sistema educativo se puede hacer un buen trabajo, haciendo algunas reformulaciones.

Lo primero es que no se puede invertir el año que viene mil millones de pesos, en las llamadas Pruebas Nacionales.


Esas pruebas no sirven absolutamente para nada. Lo único que exhiben es que los bachilleres se gradúan siendo analfabetos integrales.

Es parecido a lo que pasaba en la Universidad Autónoma de Santo Domigo, donde se pierdía un año en el Colegio Universitrio, para demostrar la falta de capacidad de la mayoría de los alumnos.

El ministerio de Educación no debe continuar con las Pruebas Nacionales, porque es un gasto innecesario, que en nada beneficia ni moderniza el sistema de enseñanza nacional.

Además, los estudiantes burlan las pruebas nacionales cuando obtienen en forma clandestina, y pagando un alto precio, los detalles fundamentales de los exámenes.

La estupidez de un estudiante, su falta de preparación, solo es indicativo de una cosa: que tiene malos profesores.

El dinero de las pruebas nacionales se puede utilizar para capacitar a los profesores en ejercicio. Se debe fortalecer  una escuela nacional de la magistratura, y dar cursos puntuales a todos los educadores.

El desayuno escolar también tiene que ser revalorizado. No es posible invertir quince millones de pesos diarios, por un desayuno que a todos deja inconformes.
Es necesario, La entrega de esas raciones alimenticias, porque  es lo que mantiene en las escuelas a miles de estudiantes, pero su manejo, de forma y de fondo, tiene que ser  cambiado.

Hay que preparar un menú regional,  en base a elementos verdederamente nutritivos, dejando a un lado ese bizcochito esponjoso que tengo dudas sobre sus propiedades nutritivas.

Y finalmente, por ahora, los libros de textos no deben ser cambiados todos los años.

Hay que crear una unidad de seguimiento y actualización de los libros de textos, para que estén actualizados, pero sin tener que ser revisados todos los años.

Se invierten al inicio de cada año escolar millones                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             de pesos, para la adquisición de libros de textos que solo van a servir por ese año lectivo.

Somos partidarios de optimizar los recursos, no engrosar los capitales de los editores, dueños de colegios y suplidores del desayuno escolar, con el cuatro por ciento.

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