La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, no tenía cáncer. El portavoz presidencial ha anunciado que los análisis definitivos practicados después de que se le extirpara, el pasado miércoles, la glándula tiroidea han descartado la presencia de células cancerígenas. El portavoz añadió que, por tanto, se se cambia el diagnóstico de cáncer, que se había anunciado el pasado 27 de diciembre, por el de adenomas foliculares.
Fernández recibió este sábado el alta médica y abandonó en helicóptero el hospital Austral, una moderna clínica que pertenece al Opus Dei. Ya se encuentra en la residencia presidencial de Olivos, donde permanecerá haciendo reposo. Dado que no padece de cáncer, no será necesario que le administren yodo radiactivo, como estaba planeado.
A partir del nuevo diagnóstico de la salud de la jefa de Estado, no se sabe si la líder peronista se mantendrá de baja durante 20 días, como se había anunciado en un principio, o si se acortará ese plazo. Desde el pasado miércoles, el vicepresidente de Argentina, Amado Boudou, se encuentra al frente del Ejecutivo.
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“[La presidenta] se encuentra en estado óptimo general”, declaró su portavoz. “No le ha cambiado la voz y habla perfectamente, aunque los médicos le han recomendado que lo haga lo menos posible”.
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