Con la terminación de la guerra fría, los organismos
internacionales han perdido fuerzas. Se están quedando como simples siglas, que
sólo tienen importancia cuando se trata de geo-política de las grandes
potencias. Con la primavera Arabe, las Naciones Unidas cobró fuerzas
al inicio con sus llamados a la democratización de esos países. Después se ha
ido esfumando, y es mecida por los intereses de las grandes potencias.
Para poder operar, las instituciones internacionales, y
es el caso de la ONU, deben contar con el apoyo de las grandes potencias, y el
veto de una de las grandes, la coloca contra la pared.
En Libia, la ONU pudo tomar medidas y justificar la caza
de Kadaffi, en el hecho de que las potencias comerciales europeas y los Estados
Unidos estaban de acuerdo con las medidas a tomar.-
Sin embargo contaron la decidida abstención de Rusia y
China. Pero en el lenguaje diplomático la abstención unicamente significa que “no
estoy de acuerdo, pero no me opongo”.
Con Siria el caso es diferente. Rusia y China están
vetando cualquier resolución de ataque violento y letal contra el régimen. Eso
ha parado los bombardeos de la OTAN o los deseos de intervenir.
Pero habría que preguntarse si ahora mismo Europea está
en disposición de intervenir en Siria. Hay un año de elecciones en varios
países, además de que la crisis económica aumenta.
Todavía la intervención de las grandes potencias no ha
dejado beneficios directos en Libia, Egipto y Tunez, donde las milicias que
hicieron la guerra civil, ahora están divididas en luchas intestinas por el
poder.
Además, en Siria los soviéticos tienen una de sus bases
marítima más importante, mientras que los Chinos se benefician de tratados
económicos muy ventajosos.
La guerra civil en Libia, de todos modos, terminará con
un cambio de gobierno. Hacia donde irá el barco es difícil determinar en estos
momentos, pero habrá cambios.
Con Irán, hay una situación tan volatil, que hay que
revisarla día a día. Allí puede estallar una guerra de amplias proporciones,
que traería serios conflictos económicos en el mundo, con un aumento desorbitado
de los combustibles.
Para nosotros, el principal fracaso de la ONU está en
Haití. Un país cuasi-bananero que tiene una fuerza expedicionaria, y no puede
salir del salvajismo y el abandono.
Las siglas están presentes, pero cada dia se pierde la
esperanza y el respeto en los organismos internacionales.
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