Cardenal López Rodríguez |
SANTO DOMINGO, RD.- El Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, dijo este martes que el informe de los Estados Unidos, que señala que el país podría ser castigado por el tráfico de personas, lo que busca es hacerle daño a la República Dominicana, enturbiando la imagen a nivel internacional de esta nación.
El prelado católico ofreció las declaraciones al finalizar una misa que ofició en la Catedral Primada de América, en conmemoración al 56 aniversario de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE).
En ese escenario, López Rodríguez consideró que Haití vive una crisis permanente, por lo que entiende que fue una de las razones por la que Estados Unidos buscó una salida con el informe.
Dijo que los norteamericanos saben que República Dominicana ha hecho más por Haití que ellos, aún teniendo EE.UU más oportunidades.
Destacó que cuando él escuchó el informe “me reí muchísimo, porque si hay un país en el mundo que es celoso de sus fronteras, de sus emigrantes, es Estados Unidos, y está siempre sacando a los indocumentados de su territorio, y ejemplo de ello, es que creó una ley para que los inmigrantes sean señalados como criminales”.
Resaltó que las Naciones Unidas tiene agentes en el vecino país, pero que lo que están haciendo es turismo, y prostituyendo muchas veces a la gente.
Al referirse al regreso del dictador Jean Claude Duvalier a Haití, López Rodríguez expresó que está sorprendido y preocupado, y que a su entender éste fue llevado al vecino país, y no de forma espontánea como se quiere hacer creer.
Se recuerda que el informe de Estados Unidos detalla que por la trata y tráfico de personas, República Dominicana podría afrontar la suspensión de ayuda económica y militar; el bloqueo de algunas exportaciones a Estados Unidos y la oposición a sus votaciones en organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Asimismo, que el país tendría plazo hasta junio de este año para implementar las recomendaciones del Departamento de Estado de perseguir y castigar a los traficantes de niños, así como a los funcionarios que faciliten el contrabando de los menores desde Haití.
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