
El pontífice le dijo a peregrinos en la Plaza de San Pedro que estaba orando por la armonía en Libia y el norte de Africa y que estaba haciendo "un llamado sentido ... a iniciar inmediatamente un diálogo para suspender el uso de las armas".
Benedicto XVI dijo que "noticias cada vez más dramáticas provenientes de Libia" estaban aumentando su "inquietud por la seguridad de la población civil además de (su) aprensión por cómo la situación, marcada por el uso de armas, se está desarrollando".
En su llamado el domingo, el Papa llamó a los líderes políticos y militares a considerar la seguridad de los civiles libios y asegurarse de que tengan acceso a la ayuda de emergencia. Notablemente, se abstuvo de demandar el cese inmediato de los ataques internacionales con cohetes.
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