8.5.11

Pacquiao dominó y venció a Mosley

LAS VEGAS -- La expectativa era digna de lo mucho que estos dos grandes púgiles le han ofrecido al público del boxeo durante sus mejores años, pero estuvo claro desde el comienzo del combate que Manny Pacquiao y Shane Mosley no ofrecerían el tipo de combate explosivo y excitante que podrían haber dado en sus mejores años, cuando Pacquiao se impuso en una débil y poco atractiva fallo unánime en 12 asaltos ante una enorme multitud en el MGM Grand de esta ciudad, televisada por Showtime por su sistema de Pay-Per-View.





En el primer round, el zurdo Pacquiao inició su usual tarea de presión sobre Mosley con algunos rápidos jabs y golpes al cuerpo, pero Mosley marcó la distancia con un jab duro y picante, haciendo un intento de tomar la iniciativa en la parte media de ese asalto. Dos muy buenas derechas de Mosley acentuaron el inicio del segundo asalto, pero Pacquiao respondió con mayor agresividad aunque sin mayor efectividad. Ya en el tercero, una zurda cruzada mientras Mosley salía de una agachada conectó justo sobre el mentón del californiano enviándolo a las lonas. Pacquiao dominó el resto del round con una agresividad controlada y sin forzar el nocaut. En el cuarto, Mosley debió recurrir a algún amarre para intentar bajarle el ritmo a su oponente, y comenzó a hacerse evidente que Mosley ya no tenía en sus manos la velocidad y potencias suficientes como para anticipar los relampagueantes ataques del filipino. En una búsqueda por acortar espacios, Pacquiao entró de lleno en algunas rectas de Mosley, pero igual se llevó el round.



Comenzando el quinto, era evidente que Mosley estaba haciendo mucho menos que lo que hizo ante Mayweather, y a Pacquiao le estaba costando mucho más trabajo dominarlo. A estas alturas el año pasado, Mayweather tenía a Mosley bailando a su ritmo, y Pacquiao todavía no había conectado combinaciones serias y dañinas, solamente golpes aislados sin mayor consecuencia.



El sexto comenzó con un buen boxeo de distancia de Mosley, sólido desde afuera y cerrándole el paso a un Pacquiao que empezaba a pausar mas su esfuerzo. Mosley aprovechó la merma de actividad enemiga para colar buenas manos, incluyendo un par de derechas en punta que le valieron el round. El siguiente asalto, empero, fue uno de los asaltos más aburridos del combate, con las 16,412 personas presentes en el estadio ensayando sus primeros abucheos de la noche.



Para el comienzo del octavo asalto ya se había desarrollado un patrón de pelea con Pacquiao persiguiendo a Mosley en círculos alrededor del ring, y ninguno de los dos conectando golpes de relevancia. Pacquiao se llevó las tarjetas en ese asalto y en el siguiente también, de idéntico y exasperantemente aburrido desarrollo. Solo una explosiva combinación de Pacquiao hacia el final nos hizo recordar que esto era una pelea de campeonato y no un torneo de tango o breakdance.



El décimo asalto comenzó con un buen ataque de Pacquiao, que sin embargo comenzó inmediatamente a errar golpes por amplio margen, y no por la velocidad de Mosley sino por incapacidad o cansancio propio. Ambos peleadores lucían desconocidos para su usual desempeño anterior. Para colmo de males, el réferi Kenny Bayless confundió un empujón con un golpe y le regaló a Mosley una caída que no anotó, lo cual causó que el retador incluso le ofrezca un gesto de disculpas por vergüenza ajena al campeón. Pacquiao reaccionó ante la ofensa con una serie de combinaciones mal intencionadas pero peor direccionadas, con golpes errados por doquier.



El 11er round tuvo a Mosley como mera víctima de la ira desatada de un Pacquiao frustrado por causas propias y ajenas. Mosley no le daba los espacios requeridos para lanzar su avalancha de golpes, pero Pacquiao tampoco soltaba los perros y dejaba que su torrente usual de puños llueva sobre un Mosley lento y resignado. En el último asalto, Mosley ensayó un ataque inicial que no pudo continuar, y Pacquiao encontró el rango finalmente con su izquierda en punta para ganar el asalto más claro de su cuenta personal.



Los Glenn Trowbridge, Dave Moretti y Duane Ford vieron la pelea en 119-108, 120-108 y 120-107 respectivamente para Pacquiao. ESPNdeportes.com la vio en 118-109 para Pacquiao, quien cuenta con ocho títulos en igual cantidad de categorías, un récord absoluto que lo transforman en el mayor deportista en la historia de su país, en el cual es idolatrado apasionadamente, y en el mejor boxeador asiático de todos los tiempos. Sin embargo, en esta pelea dejó una pobre y lejana impresión de lo que sus fanáticos estaban acostumbrados, y disminuyó su potencial para futuras peleas con una actuación deslucida. Por su parte, Mosley pareció listo para el retiro con un desempeño defensivo de buen nivel pero una nulidad absoluta en su otrora temible capacidad ofensiva. Mosley ha acumulado tres títulos mundiales en los pesos ligero, súper ligero y welter en una ilustre carrera en la que ha enfrentado a los mejores de su época, destacándose sus dos enormes victorias ante un Oscar de la Hoya en su mejor momento, pero en este choque lusió demasiado alejado de aquellos años de gloria como para imaginarlo nuevamente peleando en el nivel más alto del pugilismo rentado.



Con este resultado, Mosley, oriundo de Pomona, California, cae a 46-7-1-1 con 39 KO, mientras que Pacquiao, que es además congresista en su país natal y recientemente ha lanzado un nuevo disco, el tercero de su carrera como cantante con su banda, la MP Band, regresa a su tierra en la provincia de Sarangani en las Filipinas con una marca mejorada a 54-3-2 con 38 KOs y una imagen personal ligeramente desmejorada.



Diego Morilla es periodista y columnista de boxeo desde 1992. Ha realizado entrevistas, análisis y coberturas de peleas por títulos mundiales para medios especializados (Latino Boxing, MaxBoxing.com, Lo Mejor del Boxeo, PSN.com, etc.) y periódicos (El Mundo, Primera Hora, El Vocero, etc.) en EEUU, Puerto Rico y Argentina. Actualmente es editor, redactor y traductor de ESPNdeportes.com. Consulta su archivo de columnas.

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