Empero, es un poder básico del Estado lleno de aristas, y que muy pocos servicios está dando al proceso de institucionalidad nacional.
Lo primero es la vagancia ancestral de los legisladores que sólo trabajan uno o dos días a la semana. Sólo un puñado pequeño labora en comisiones, y la mayoría sólo asiste al hemiciclo a levantar las manos.
El Congreso Nacional tiene que ser rescatado, para que sea una punta de lanza en el mantenimiento de la democracia nacional.
Todavía está presente la imagen del "Hombre del Maletín", que sintetiza la norma de los congresistas de buscar beneficios personales, antes que luchar por el bien de su comunidad.
Al país le hace falta un poder legislativo que sea cuestionador, independiente, ligado a los intereses nacionales, y que defienda posiciones de principios.
No es que los legisladores oculten sus simpatías partidistas, porque los partidos políticos son el crisol de la opinión pública, donde se encuentran integrados todos los sectores nacionales.
En las proximidades de unas elecciones presidenciales, donde no están en juego las curules de los representantes, la actividad proselitista evitará que sesionen con regularidad, por lo que el año venidero el Congreso cerrará sus puertas a las sesiones.
Y eso está mal. Es una puñalada al fortalecimiento institucional. Hay temas que son meramente partidistas, y donde se conjugan las opiniones colaterales de los principales candidatos presidenciales, o los dirigentes nacionales.
Pero hay temas donde los legisladores, si quieren trabajar, tienen campo abierto, como son la educación, la salud, el medio ambiente, la política de desarrollo, la delincuencia, la informática...
Por desgracia, la voz de los legisladores es muda. Ojala y reprodujeran el mensaje cristiano de Una voz que clama en el desierto. Nada más condenable, que aquel que se calla, y evade responsabilidades, para preservar ventajas económicas.
Tengo un sueño lejano, de que tengamos legisladores que sean verdaderos representantes del pueblo. Pero como dijo Martin Luther King Tengo un Sueño....
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Manuel Hernández Villeta es periodista, escritor y crítico de cine dominicano.
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