26.8.11

Por Manuel Hernández Villeta ....A Pleno Sol: Nos ahoga la violencia

La falta de seguridad social en la Capital Dominicana, obliga a la mayor parte de los ciudadanos a vivir recluidos en sus hogares.




Lo primero que una persona exige cuando se va a mudar a un apartamento, es que tenga fuertes barras de hierro para protección. Es una forma de auto-encerrarse, para no morir.



Sin embargo, nosotros creemos con toda sinceridad que está batalla no la va a ganar el crimen organizado y que lograremos salir adelante.



La seguridad ciudadana está sobre los hombros de una mujer o un hombre que gana poco más de seis mil pesos mensuales, con jornadas de trabajo de 24 horas seguidas.



El Policía, el agente de pie, el que está en las calles, el que vigila las 24 horas del día, reside en barrios marginados, se transporta en guaguas, come en las frituras de la esquina y vive en callejones y patios.

Para ampliar los programas de seguridad ciudadana, es necesario mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los Policías, de esos honrados hombres y mujeres que exponen su vida para defender al ciudadano en peligro.



Una parte considerable, se puede decir que la mayoría, de los agentes policiales son serios y responsables, y en ocasiones he visto a muchos pidiendo en la calle para comer, en horas de servicio, o para conseguir el pasaje e irse en una guagua.



Puede haber manzanas podridas, y el Jefe de la Policía debe redoblar sus esfuerzos para sacarlas de la institución, y quitarle el uniforme.



La delincuencia tiene múltiples caras, y todas deben ser atacadas al mismo tiempo para atajar el mal.

La primera línea es tener una Policía capaz, seria, eficiente, tecnificada y lista para actuar tan pronto se de la información de que se ha cometido un acto delincuencial.



El pueblo tiene que tener confianza en sus autoridades, porque es el único sitio seguro donde pueda acudir en caso de una desgracia. Cuando te roban o asaltan, sólo queda la Policía como mano de apoyo e investigación.



La otra cara de la delincuencia, es el fantasma de la crisis económica. Hay que mejorar los niveles de vida, la sustentación económica, de los dominicanos.



Si se toman esas medidas de corte social, entonces se estarán dando pasos efectivos para hacer frente a cualquier manifestación de raterismo, o delincuencia.



Para vivir en paz, hay que mantener alta la vigilancia y la moral.



Manuel Hernández Villeta es periodista, escritor y crítico de cine dominicano

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